domingo, 27 de abril de 2008

Gran Muralla



Domingo, madrugón, para no perder la costumbre, y de visita a la maravilla mundial. Los chinos lo hacen todo así se ponen a construir y sólo lo dejan cuando se les acaban los ladrillos, algo así les debió ocurrir cuando varios siglos a.c. terminaron este impresionante monumento. Y se ponen a hacer peldaños y llegamos al cielo, menos mal que ni el mal de altura ni el vertigo me afectan mucho, otro gallo cantaría hace unos años, que hubiera tenido que bajar los escalones con el culo arrastrando y cagaito de miedo. Es una obra de esas que te dejan con la boca abierta, tanto por lo espectacular como para que te entre aire en los pulmones, porque vaya tela, en fin en estos momentos es cuando te alegras de estar en forma, mas o menos. Una subida de aproximadamente una hora y la consiguiente bajada, mas rápida pero también mas peligrosa. Aquí también es Domingo así que había muchos nativos, es decir no cabía un alfiler, pero ha merecido la pena. Al coronar el último tramo, nos han dado una chapita conmemorativa de la subida (al módico precio de 400 yuan).

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