Viernes después de comer salimos a pasear por la ciudad, con un sol justiciero, yo encantado porque soy más bien lagartija, pero Sergio no puede ni verlo, el pobre se tiene que tapar los ojos con las manitas porque es mucho para él, así que se vuelve con su madre al hotel. El Perolo y yo andurreamos y callejeamos por la ciudad, las zapatillas las llevo a la revisión de los 15000 km cuando vuelva, y damos con un parque donde los sichuaneses pasan sus tardes, cada uno disfrutando de su aficción favorita, un buen grupo bailando agarrados en una plazoleta del parque, como si fuera un festival, en otro rincon otros cantan con un público que les aplaude y anima, por otro lado gente ensayando distintos instrumentos, gente volando cometas y un gran merendero, rodeado de un lago artificial para navegar con barcas alquiladas, donde juegan a las cartas, al majong y beben té. En resumen, son personas que saben disfrutar y desde luego saben hacer parques y jardines envidiables.
A la vuelta cojimos por un callejón, por el cual en España no hubiera pasado ni de broma, donde había gente del lugar sentados a la puerta de sus tiendecitas jugando al majong y otros juegos de mesa desconocidos para mi, la gente muy amable y siempre te sientes seguro.
Aqui somos guiris, pero de los que llevan el cartel en la frente, la gente nos mira con expectación, supongo que será porque no han visto personas tan guapas andando. El otro día me persiguieron dos niñas de unos 13 años, yo las veía de reojo, hasta que le echaron valor y me hablaron en ingles, les dije que era español y ellas dieron botes de alegría diciendo que querían ir a España, jeje, después otras nos hicieron fotos, vamos que somos una atracción.
Esto que no lo lean Rafa ni Joselito, no veas lo que se liga con Sergio, es llevarlo en brazos y todas las niñas se acercan y te hablan, ya he salido en mas fotos que Demi Moore, lo que tiene la ternura de un niño...
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