jueves, 22 de mayo de 2008

Terremoto y desolación en Sichuan







Acabo de llegar a casa, a ver que se come hoy... y suena el teléfono, es el Perolo, que pesao si hemos hablao hace un rato... No te has enterao?, de que? el terremoto. que terremoto? en Sichuan. Anda ya. Coño pon la tele. Por Dios, se te cae el mundo encima al ver esas imágenes, no sabes si dar gracias primero porque no te ha pillado ayí o rezar por los que desgraciadamente le han pillado de lleno. Empiezan a hablar de colegios enteros venidos abajo, Dios.... se vienen las caras de los colegiales que nos saludaban por la calle deseosos de practicar su inglés. Que suerte hemos tenido, estamos vivos y además somos uno más, uno que pertenece a ese pueblo que llora y duerme en la calle porque no tiene ya un techo donde cobijarse, y eso en el mejor de los casos. Pobres familias de hijos únicos. Decenas de colegios se han venido abajo, sepultando a los escolares, ya se habla de la generación perdida. Dios que suerte, Dios que mala suerte, vaya mierda, lloro y no se si es por ellos o por nosotros. Miro a Sergio y tiemblo, por una semana lo podriamos haber perdido, que suerte, que mala suerte.



Pasan los días y lejos de oir buenas noticias, los informativos dan nuevas cifras de muertos y desaparecidos, además crecen las polemicas por las deficiencias en las construcciones. El Gobierno chino despliega todo su potencial para ayudar a las victimas, se oye que toda la nación se vuelca con ellos. Pero que será de ellos, de los mas debiles, de los niños que estaban en el orfanato que ya no existe, y que de pronto se han encontrado con miles de nuevos compañeros, con los que tendrán que compartir.



Sergio algún día se enterará de este desastre, que por poco no cambió el rumbo de su vida, y de la nuestra. Solamente me cabe una enorme gratitud, por no ser parte de la noticia, por poder abrazar a la criatura mas tierna, y pena, mucha pena, por todos aquellos que sufren. Desde aquí, desde la comodidad de nuestra ciudad, quiero enviar a todos ellos el abrazo más grande y todo el amor, porque nuestras vidas ya están unidas, somos familia, ellos son parte de la nuestra y nosotros de la de ellos.

martes, 6 de mayo de 2008

Cosas curiosas de China



Hoy volvemos pa'spaña, pa unos por fín, pa otros que remedio. El avión sale a las 10.00. quién adivina a que hora nos levantan?.... jajaja, no habeís dao ni uno, a las cinco de la mañana, y es que estos chinos son mu raros, el check out del hotel hay que hacerlo antes de las 6 de la mañana, como en España las 12, sino te cuenta otro día. Teniendo en cuenta que amanace sobre las cuatro de la mañana y que allí se acuestan pa las 9 de la tarde, pues tiene algo de sentido.
Otras cosas curiosas, en veinte días no hemos visto ni una sola ambulancia, o tienen salud de hierro o el que no la tenga que se aguante. En Beijing conducen muchísimo mejor que en Chengdu, aunque eso no quita que a ni uno le daban el carnet en España, también juegan al tetris, aunque mas relajados, y por supuesto el peaton es siempre la última mier... de la escala. No se pueden tirar las colillas al suelo, pero puede escupir unos gapos que la tienen "toa encerá", la limpieza no es su fuerte, lo de pobre pero limpio, aquí mo vale, ves los bares o comedores donde paran los pekineses, y ni por una apuesta millonaria te sentabas alli, además suelen mostrar las fregonas en las entradas de los establecimientos, las ponen a secar, y es una maraña de hilos negros que asusta mas que una bruja, encima como no conocen nuestro invento para escurrirlas dentro de un cubo, lo hacen con las manos, ajjjjjjjjjjj, y por eso mismo se lo ahorran todo lo que pueden, y pasean la mierda de un lado a otro. La gente es amable en lineas generales y bastante educada, menos a la hora de mirar a los niños e inmediatamente mirar a los que empujan el cochecito intentando descubrir algún parecido, jeje que en la mayoría de los casos ni remoto. Los taxis, ese necesario enemigo, pues una vez que te has montado, son muy amables, lo dificil es que te paren, no sabemos si por llevar niño y cochecito, o por ser guiris o las ods cosas, pero cuando no les da la gana no te paran, será un misterio asiático, eso sí una vez montado, aunque te tiemn y den vueltas y vueltas, después de una hora hora pueden ser unos 5€, vaya chollo, eh?. Cosas que no se ven por la calle: embarazadas, estarán guardando reposo, minusválidos, la verdad es que lo tienen dificil, es muy dificil ir con un cochecito de niño pequeño así que con una silla de ruedas imposible. Comen cosas raras, lo mas raro que hemos visto, pinchitos de cabaillos de mar, da hasta pena, no? Trabajan todos los días, sobre todo los de la construcción, y hablando de eso, vaya edificios, yo quiero ser arquitecto en Beijing, que edificios, eso sí lo malo es que la mayoría de los días no se ven, hay una nube tóxica de contaminación que parece que andas en el Londres de Jack el destripador. Pero lo mejor de todo, es que quedan muchas, muchísimas cosas por ver (y probar...) y habrá que volver.
En estos momentos estamos sobrevolando Sverdslovsk, que por el nombre y la situación debe ser Rusia, se ve una cordillera que me imagino serán los Urales, todavía nos quedan 5 horas hasta París, ya llevamos otras 5, y por el moemnto el viaje tranquilo, hemos tenido suerte, había muchas plazas libres.

El arte del regateo



Regateo: dícese, de la pugna, entre dos bandos o personas, por vender-comprar algo en un precio. Las reglas: vale todo, si si como suena, te puedes insultar, empujar, reirte del otro, llorar, lo que te de la gana. Entrar en el mercado de la seda el primer día es como cuando llegas nuevo a un instituto, y llevas grabado en la frente "novato", te huelen el miedo, así que se aprovechan de tí todo lo que pueden, saben que volveras mañana, pero con una lección muy aprendida, "lo puedo scar mas barato", y así es, las compras de novato las haces con miedo, te presionan de tal manera que no sabes decir que no, o mas bien no te dejan, basta con que mires un artículo para que sin saber cómo, ya te lo han vendido, y no te digo si te lo pruebas o simplemente lo tocas. Las pujas empiezan por cantidades desorbitadas, los vendedores esgrimen para defender su precio, que son de marca (versace, billabong, converse), y te hacen hasta dudar, los tíos estos saben falsificar, hasta el más mínimo detalle, y hay veces que caes en su trampa, por eso hay que ir con la cabeza fría, y ponerte un tope, muy por debajo de lo que se te pueda ocurrir, por ejemplo una camiseta de marca, empezaran pidiendote unos 500 yuanes (50E), tu haces como que te da un ataque de risa, el vendedor, calculadora en mano, baja diciendo "para tí buen precio" 400 Y, y te pasa la calculadora para que digas tu precio, aunque suene a choteo hay que decir una barbaridad, así como 50Y, el otro te insultará y todo, dirá que lo quieres matar de hambre...que no tienes corazon...y baja el precio a 200Y, diciendo que ese precio ya no lo puede bajar, que no gana...etc etc, te pasa la calcu y tu 60Y, mas aspavientos, intenta sacarte mas, tu dices que hay mas tiendas, que te vas a otra, te das la vuelta y te vas, te llama, que por favor subas un poco, tu que adios, coges el pasillo y cuando llevas unos pasos "sin darte la vuelta" te llaman a voz en grito, que si que si. Es un poco pesado y a veces hasta violento, pero merece la pena. Las copias son fantásticas, relojes, bolsos, ropa, maletas, zapatos, cualquier cosa que tenga marca. Pero lo más divertido, después de sufrir en las compras del mercado de la seda, es darte cuenta que delante del hotel, hay tiendecitas, donde compran los nativos, y sin regatear lo sacas a buen precio, camiseetas de versace, moscino etc, 9€, en fin todos los días se aprende algo. A los ejecutivos que mandan a juegos de rol y tácticas de guerra y cosas de esas los podían mandar al mercado de la seda, seguro aprendían mas, y mas divertido, al fin y al cabo lo de gastar gusta, jejeje.

jueves, 1 de mayo de 2008

Beijing



La ciudad de Beijing, en las puertas de la inauguración de los Juegos Olímpicos, recuerda, sobre todo a los que lo vivimos en directo, a la Expo 92, por la cantidad de obras empezadas por todos los rincones de la ciudad, y por la cantidad de botes de pintura empezados, para maquillar las calles y avenidas, y que a falta de escasos 100 días no se sabe cuantas de ellas estaran listas. Destaca por lo imponente y expectacular el estadio olímpico, Nido de Pájaro, con 90000 plazas sentadas, vamos una barbaridad, además, nos cuentan que todas las entradas son nominativas, ni reventa ni nada parecido, aquí los que quieren asistir lo han solicitado hace meses, y como el número supera a la oferta entran en un sorteo, teniendo en cuenta que aqui, solo en Beijing viven 21.000.000 de habitantes, que te toque asistir es como la primittiva. Como siempre los que hacen su negocio son los funcionarios y delegaciones desplazadas aquí, flotas de audis negros se mueven por toda la ciudad, y es que preparar un evento así tiene tarea. Todos los hoteles ya huelen a olimpiadas y ese mismo ambiente se respira por doquier, hasta en los vendedores ambulantes que con su particular multilenguaje acosan al pobre turista, en una feroz guerra por venderte algo.
Esta mañana ha tocado visita a un barrio antiguo, donde todavía residen familias, que se resisten a la modernidad y paseo en rik-saw. Humm, hoy vamos a comer a un restaurante español....cojemos varios taxis, vamos cinco familias, en el primero vamos nosotros, le enseño el papel con la dirección en chino, y el taxista con cara de poker inicia la marcha, cuando se supone que ya estamos cerca, empieza a hablarnos, supongo que preguntándonos si sabemos el sitio exacto, nosotros, finamente npi, al ver el hombre que está un poco perdido, honradamente, para el taximetro (solo llevamos1,6€), mas despistao que una gamba, llama varias veces por el móvil, y parece que no le saben decir donde esta el restaurante, van pasando los minutos y nada de nada, al final le digo que llame por teléfono a nuestra guía turística, así lo hace y bingo!! le explica el lugar exacto y nos lleva en un plis plas, solo ha transcurrido una hora, humm ya olemos a paella, nos bajamos del taxi y para colmo de los colmos nos encontramos que el restaurante está cerrado, al borde del ataque de nervios y de hambre, nos damos cuenta que el resto de las familias tampoco están, suponemos que con nuestra tardanza ya se habran ido al hotel o a otro sitio a comer (jeje estaban mas perdios que nosotros). Pues, por estas cosas del destino, nos encontramos en la calle, a otras familias españolas, también adoptantes, inmediatamente empezamos a hablar con ellos, como si nos conociesemos de toda la vida, ya sea por la madre patria que nos une o por la solidaridad de los recien empadrados. Su hotel está cerca y conocen un poco la zona, nos invitan a que les acompañemos a otro restaurante, así lo hicimos y compartimos mantel con amena charla con tres familias de Ubrique, Sevilla y Valencia. Nos perdimos la paella, pero conocimos a otras familias y su experiencia adoptante.