Por fín, ni se sabe ya cuantos meses esperando este momento, pero ya ha llegado el momento, nos recojen en el hotel y nos dirigimos al orfanato, se suponía que unos 40 min. en coche, pero el tráfico es aterrador (no me he equivocado al escoger el adjetivo), así que llegamos un poco tarde. Lo normal de la situación, muchos nervios, llegamos a la cancela del orfanato, bien custodiada por un guardia, nos abre la reja y pasamos, directamente nos llevan a la primera planta, donde, al pasar, vemos otras familias españolas ya con sus niños, a nosotros nos conducen a un despacho contiguo, y antes de respirar entra una chica con Sergio en brazos, automaticamente se echa al cuello de Pepi, y bueno, que deciros eso es simbiosis, y lo demás tonterias. Y ahí me veis, echando mano a la camara de video, y reprimiendo unas lágrimas de emoción, que mas bien hubieran desbordado el Yant-Tse, pero como los padres no me lo hubieran perdonado (el no grabar), me las tragué y me puse a filmar, vamos que ni Almodovar. Lo demás pues lo veis en la pelicula que está colgada, si a los señores censores de este país le da la gana. Sobre todo destacar lo magnífico del orfanato, impensable la buena organización, limpieza y cariño a los niños. Nos invitaron a conocerlo por dentro y ver donde dormian los peques, que en el caso de Sergio era una habitción con muchas cunas, pero otros dormian en habitaciones con literas, organizados por familias, varios niños son cuidados por unos padres y asi recrean el ambiente familiar, vamos todo un lujo.
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