Hoy hemos ido a visitar el Templo Wenshu, el unico reducto budista que queda en la ciudad, y no solo eso sino que es también el único sitio histórico que queda practicamente en toda la ciudad, y no penseis que es una ciudad pequeña, tiene asi como 10 millones de habitantes, y es la ciudad mas industrializada de China, tiene una extensión que se sale de nuestro concepto de ciudad, pues bueno, no queda ni un barrio histórico, con la Revolución cultural lo destruyeron todo. Eso si rascacielos a punta pala, a mi me encantan, bueno y las vistas son cojonudas, para el que le guste. A lo que iba, en este pedazo de ciudad, entras en el templo de Wenshu y es como si estuvieras en el mismo corazon del Tibet, que paz, que tranquilidad, además tubimos la gran suerte de presenciar un cantico de los monjes, que con sus sonidos repetitivos y acompasados, te sumergen mas en otro mundo, en resumen, lo poco que hay de espiritualidad en Chengdu, se lo deben a los tibeteanos. Contagiados de ese espíritu, el Perolo tomó la iniciativa de poner unas velas y quemar incienso, pidiendo los mejores deseos para aquellos que faltan y los recién llegados, ante la atenta mirada de Sergio.
jueves, 24 de abril de 2008
Templo Wenshu
Hoy hemos ido a visitar el Templo Wenshu, el unico reducto budista que queda en la ciudad, y no solo eso sino que es también el único sitio histórico que queda practicamente en toda la ciudad, y no penseis que es una ciudad pequeña, tiene asi como 10 millones de habitantes, y es la ciudad mas industrializada de China, tiene una extensión que se sale de nuestro concepto de ciudad, pues bueno, no queda ni un barrio histórico, con la Revolución cultural lo destruyeron todo. Eso si rascacielos a punta pala, a mi me encantan, bueno y las vistas son cojonudas, para el que le guste. A lo que iba, en este pedazo de ciudad, entras en el templo de Wenshu y es como si estuvieras en el mismo corazon del Tibet, que paz, que tranquilidad, además tubimos la gran suerte de presenciar un cantico de los monjes, que con sus sonidos repetitivos y acompasados, te sumergen mas en otro mundo, en resumen, lo poco que hay de espiritualidad en Chengdu, se lo deben a los tibeteanos. Contagiados de ese espíritu, el Perolo tomó la iniciativa de poner unas velas y quemar incienso, pidiendo los mejores deseos para aquellos que faltan y los recién llegados, ante la atenta mirada de Sergio.
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